José Vargas.
Jaltipan, Ver.–
La justicia volvió a ser burlada. Sergio Gustavo Pérez y Litzy Guadalupe Morales Ramírez, matrimonio acusado de terrorismo y lesiones dolosas calificadas, se dieron a la fuga del arraigo domiciliario que cumplían en Jáltipan, pese a estar implicados en los violentos disturbios ocurridos en la unidad minera de Texistepec en mayo de este año.
Ambos fueron detenidos junto a otras once personas tras los hechos de violencia que incluyeron quema de vehículos, bloqueos y agresiones contra trabajadores y policías. La Fiscalía General del Estado los presentó como responsables de alterar el orden y generar un clima de terror en la región.
Sin embargo, en lugar de mantenerlos en prisión preventiva, fueron enviados a “su casita” bajo la medida de arraigo domiciliario, lo que facilitó que este día se pelaran sin dejar rastro.
Autoridades ministeriales confirmaron que ya son buscados como prófugos, aunque hasta el momento no hay indicios de su paradero.
La fuga de los dos acusados ha generado indignación entre pobladores y víctimas de aquellos hechos, quienes señalan que la aplicación laxa de la ley en delitos de alto impacto no solo fomenta la impunidad, sino que también pone en riesgo a toda la región.
