José Vargas.
Coatzacoalcos, Ver.—
El reciente incendio del buque Blue Phoenix, propiedad de Blue Marine, volvió a poner a la empresa bajo el escrutinio público y de las autoridades marítimas, que ahora analizan a fondo las condiciones en que opera en el puerto petrolero de Coatzacoalcos.
Aunque el siniestro —ocurrido en los muelles de Permaductos Protexa— no dejó víctimas, sí generó interrogantes sobre la seguridad y el mantenimiento de las embarcaciones vinculadas a la compañía, filial del grupo Durandco.
El caso cobra relevancia debido a que otra nave de la misma empresa, el Blue Commander, permanece asegurada por la Fiscalía General de la República (FGR) desde 2020, por presunto huachicol fiscal, lo que ha fortalecido las sospechas sobre posibles irregularidades en las operaciones de Blue Marine.
En el puerto, fuentes del sector marítimo señalan que los recientes acontecimientos podrían detonar una revisión más amplia de los contratos, permisos y maniobras que la empresa realiza en la zona, donde mantiene una presencia constante relacionada con actividades de apoyo a la industria petrolera.
Las autoridades portuarias y federales continúan recopilando información para determinar si el incendio del Blue Phoenix fue un accidente aislado o parte de un patrón de fallas operativas.
Por ahora, Blue Marine se encuentra nuevamente bajo la lupa, en medio de un ambiente de creciente exigencia por transparencia y seguridad en las operaciones marítimas del Golfo de México.






